Detienen a hijo de migrantes bolivianos

Tenencia de coca en Argentina

José Luis Zurita Delgadillo tiene 28 años y lleva 25 días preso. Es la primera vez que tiene problemas con la justicia. 

Es estudiante universitario y está encerrado en una celda de la cárcel de Marcos Paz: el fiscal Federico Delgado y el juez Marcelo Martínez De Giorgi lo acusan de ser un fabricante de cocaína por tener hojas de coca para una festividad de la comunidad boliviana de La Plata.

La primera contradicción de la causa es que la Ley 23.737 (ley de drogas) excluye explícitamente a la hoja en estado natural del alcance de la ley.

Aún así el joven universitario platense, fue procesado en un expediente que no agrega ninguna otra prueba más que la posesión.   

-¿Vos sabés que esto es ilegal?- preguntó el policía señalando las hojas de coca en el baúl del Renault Fluence.

-No, no. Esto no es ilegal -respondió José Luis, parado junto al coche estacionado sobre calle Santander al 6000, de CABA.

-Vos tenés todo eso porque cocinas cocaína…

El sábado 25 de agosto pasado dos policías detuvieron a Zurita Delgadillo frente a una casa del barrio porteño de Villa Lugano.

Estaba en el asiento del conductor chateando con su novia cuando los uniformados llegaron en un cuatriciclo y le pidieron documentación del auto que sus padres, Abel Zurita y Julia Delgadillo, ambos bolivianos y feriantes de La Plata, compraron y pusieron a nombre de su hijo varón, nacido como sus dos hermanas en la capital bonaerense.   

Pero la documentación no alcanzó. Los policías también quisieron revisar el baúl del coche y José Luis bajó y lo abrió.

Allí estaban las hojas: setenta y siete paquetes que sumaban 30 kilos en total.

Zurita Delgadillo trabaja en la feria con sus padres y estudia Ingeniería Civil en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Plata (UNLP).

Es bailarín del grupo Caporales Cruz del Sur y ese sábado había llevado a su madre a buscar las hojas para la Fiesta de la Virgen de Urkupiña, que la comunidad boliviana celebra todos los agostos en el barrio de Tolosa, en La Plata.

“La hoja de coca es ritual”, explicó Federico Ravina, abogado de la familia.

“Pero además de entrada lo indagan por la tenencia de hojas de coca en estado natural y eso por el artículo 15 de la Ley 23.737 es legal”, completó.

El artículo 15 dice: “La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes”.

Pero eso no importó en Comodoro Py: en la declaración indagatoria el instructor anotó que adjuntaban fotografías del “material estupefaciente” secuestrado.

José Luis pasó los primeros tres días incomunicado en la Comisaría N°52 de Villa Lugano. Pidió la excarcelación, se la negaron, apeló y la Cámara la rechazó por prematura.

Dijeron que no podían constatar el domicilio pese a que estaba en su DNI y el abogado llevó fotos de la casa, imágenes de Google Maps y hasta declaraciones de vecinos. Y volvió a pedir la excarcelación y volvieron a negársela. 

El viernes pasado Martínez De Giorgi procesó a José Luis con prisión preventiva por el delito de “acopio para producir droga”. Un delito grave. El estudiante sigue preso Marcos Paz.  

“El juez entendió que por la cantidad, 30 kilos de hojas de coca natural fraccionados en paquetes de entre medio kilo y 400 gramos, son elementos para fabricación de cocaína. Solo eso. No agrega ningún otro tipo de elemento para hacer esa afirmación. Ni siquiera le allanaron la casa”, detalla Ravina.   

Este jueves el abogado apelará la decisión y volverá a pedir la excarcelación. 

El bloque de concejales del Frente para la Victoria de La Plata emitió esta semana una declaración a favor del vecino de La Plata. Y el abogado buscó apoyo en el CELS, la Comisión por la Memoria, y la Facultad de Periodismo de La Plata.

El miércoles que viene harán una conferencia de prensa para denunciar la arbitrariedad judicial.

“Yo creo que está detenido por una lógica política que intenta instalar un tema que es una lógica de Estados Unidos de que la hoja es droga, cuando se trata de una cuestión cultural y ritual.

Y el problema principal es que en el medio se cargan la vida de un pibe”, opinó Ravina.

(El Tribuno Argentino)